5 estrategias para superar los bloqueos al escribir

Tengo oído decir que la mejor manera de superar un bloqueo creativo a la hora de escribir (aunque aplicable también a los proyectos de pintura, música, teatro, etcétera) es dejar reposar la obra. Permitir que pase el tiempo y se nos despeje la cabeza. En parte estoy de acuerdo, es como si pudiéramos “macerar” o “fermentar” el proyecto cual receta de cocina.

Lo cierto es que a las personas con algún grado de ansiedad (o entusiasmo) por seguir adelante, como yo, la idea de “hacer nada” nos cuesta un poco. Entonces, si sos de las mías y no te deja tranquila esta actitud pasiva de esperar a que las cosas se resuelvan solas, te propongo cinco maneras de atravesar este momento activamente:

1. Ser activamente pasiva 

Me decía seguido mi psicóloga: “descansar no es hacer nada sino hacer algo distinto”. No sé si lo decía porque ir a la playa con niñes no es lo que uno espera de un descanso o qué… La cuestión es que esta frase me parece perfecta para explicar esta estrategia. Dejar en reposo el proyecto no significa que no podamos hacer nada por él. Por ejemplo, si estamos escribiendo sobre un nadador, podríamos probar hacer unas clases de pileta y de paso hacer algo de ejercicio; si estamos escribiendo sobre una médica, podríamos aprovechar y ofrecernos a acompañar al abuelo o a la abuela a sus visitas de rutina; si estamos escribiendo un relato con criaturas fantásticas podemos sumarnos a un taller de plástica y plasmar a nuestros personajes en dibujo, pintura o escultura; y todos los etcéteras que se te ocurran. Es decir, aprovechar el tiempo que estaríamos dedicando a la escritura para hacer esas otras cosas que puedan sumar. No solo aquellas obviamente vinculadas a tu proyecto, como las que mencioné en los ejemplos, sino que abrirnos al mundo nos hace permeables a ver y conocer otra manera de ver las cosas y eso para la creatividad. Quizá, en el vestuario de la pileta, en la sala de espera del médico o en el taller de plástica, surge alguna conversación o situación que nos trae algunas respuestas no esperadas. 

2. Nutrirte

Para que salga algo también tiene que entrar algo. Como comer y hacer caca. Suena escatológico, pero simbólicamente funciona. Una manera de “dejar pasar agua bajo el puente” mientras se diluye el bloqueo creativo es nutrirte. Ya sea con lecturas en el género de lo que estás escribiendo para ver cómo se resolvieron las situaciones en otras obras, sino también con otras disciplinas artísticas que te relajen el hemisferio racional del cerebro y activen el otro. Ir a ver teatro, cine, visitar museos y galerías de arte, centros culturales, recitales… Todo eso va a ser una suerte de masaje neuronal que va a relajar la tensión y darte otras perspectivas, puntos de vista, materialidades. Vas a poder reconectar con otros canales sensibles y, así, estar con más predisposición a la creación. Y no te preocupes por el dinero, seguro hay actividades gratuitas, a la gorra o alguien que pueda prestarte un libro o película.

3. Brainstorming

La historia te está comiendo la cabeza y no podés comer ni dormir tratando de resolverla. En la cena no lográs ni prestar atención a lo que te dice tu pareja y esto deriva en discusiones que te estresan todavía más. Bueno, esto ya es grave. Sentarte a esperar a que se te pase no es una opción porque ya afecta tu salud, tus vínculos, tu vida en general. Dale rienda suelta a ese cerebro intranquilo y dejalo hacer. Desafialo. Que elabore no una sino diez opciones de resolverlo. Es más, supongamos que estás escribiendo el final: escribí diez finales posibles, aunque suenen disparatados o se salgan de género. Por ejemplo, que aparezca un duende mágico en tu historia realista o un dinosaurio en tu obra espacial. A veces ya tenemos la respuesta pero sentimos que no es suficiente. Llevar al ridículo las posibilidades nos da un poco de perspectiva y quizá esta estrategia nos haga dar cuenta de que solo con un pequeño ajuste lo que tenemos es perfecto para nuestro proyecto literario.

4. Técnica

Hacer una línea de tiempo o la curva dramática de nuestra obra es una manera de ver qué tenemos y qué nos falta. Ideal para quienes gozan de la organización, la planificación y la practicidad. Curvas, cuadros de personaje, modelo actancial y otras herramientas que den cuenta de la forma de nuestra historia y lo que su estructura está pidiendo puede traernos todas las respuestas que nos faltan. Ojo, también te pueden mostrar incoherencias y lo que sobra. Tenés que ser flexible. No vaya a ser cosa que te bloquees aún más al cerrarte a otras posibilidades no previstas. Hacer cuadros y gráficos no necesariamente tiene que ver con tener el control de la situación. Todo lo contrario. Le estamos dando el control a esa técnica. Puede servirte o no. Hay que hacerlo con predisposición a la frustración, a la transformación y con apertura a las nuevas posibilidades que se abran en ese trabajo.

5. Consignas creativas

Para mí, esta estrategia es de las más efectivas. Requiere volver a ese “escribir por escribir”, por e gusto de escribir. Sirve para alejarte de esa pulsión resultadista que busca un producto final en lugar del placer de escribir que nos llevó a emprender es tamaña tarea que es la creación. ¿Cómo usar las consignas creativas para desbloquearte? Yo creo que hay como mínimo dos maneras. La primera es hacer ejercicios de escritura para escribir lo que venga. Para mantener la muñeca calentita y no enfriar el “training” de escribir en cotidiano. La segunda es aplicar las consignas adecuándolas a la historia. Por ejemplo, reescribir un capítulo que ya tenés pero desde el punto de vista de otro personaje a ver si se te revela algo. O usar palabras al azar sacadas del diario o de otros libros para escribir un nuevo capítulo. Ojo, estas dos maneras de usar las consignas no son excluyentes. Podes usar un día una y al siguiente otra, etcétera. La idea es mantenerte escribiendo aunque escribas otra cosa o escribas escenas y situaciones que no queden en el proyecto final pero que te acerquen a conocer más la historia y los personajes. Aunque lo que hagamos no quede en la obra.

Ojo: los bloqueos de los que hablo aquí son transitorios. Si notás que tu bloqueo permanece por mucho tiempo, te sugiero que consideres alguna terapia o trabajo personal que te ayude a ir más hondo.

¡Espero que te sirvan estas estrategias! Después contame si tenés otra o si las usaste.

Besos,

Kari.

Psst: Ya está abierta la inscripción al taller Ejercicios de Escritura que se propone, justamente, brindarte una consigna de escritura por semana para escribir todo el año. De abril a diciembre para terminar con el músculo creativo bien tonificado.

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