¿Por qué hay veces que estoy súper creativa en la escritura y otros en los que no se me cae ni una idea?

Me hace sentir súper vulnerable escribir este artículo porque te voy a mostrar un costado espiritual que suelo guardarme para mí misma. El tema amerita abrirme un poco y estoy segura de que, si no te interesa el tema, dejarás de leer en este mismo renglón.

Ahora, si te interesa, podés seguir leyendo para entender por qué hay días en los que no sos creativa en la escritura

Allá por el medio del 2020, en plena pandemia y buscando encontrar un eje y una conexión con mi creatividad que sentía perdida, me sumé a una propuesta de Romi Armitano. Ya la conocía a través de una amiga en común y siempre sentí una conexión especial con ella, de hecho, ya en el 2019 había pasado por la experiencia de que Romi me abriera los Registros Akáshicos.

La propuesta de la que participé en el 2020 fue “La luna en nosotras”, un espacio virtual que conectaba información sobre los ciclos menstruales (no me gusta llamarlos así, porque es solo una de las fases por las que pasamos, pero así nos entendemos…), arquetipos femeninos, conexión con la luna, rito del útero y otras herramientas de autoconocimiento que, para decirlo en criollo, me volaron la peluca.

Si bien ya sabía que el ciclo a veces me tenía más de una manera o de otra, una cosa es saberlo y otra, muy diferente, es registrarlo y hacerlo consciente. Esa experiencia me dio una información valiosísima. El darme el tiempo para detenerme, observarme, registrarme y darme cuenta del efecto de mis ciclos no solo en mi humor sino también en mi energía, en mi predisposición para determinadas actividades y tareas cotidianas y creativas.

¿Por qué te cuento esto?

Porque creo que una de las cuestiones con las que más tenemos que trabajar cuando nos proponemos una actividad creativa, sea escritura o cualquier otra, es en ser piadosas con nuestros ciclos.

En diez años de abrir espacios para el desarrollo de la escritura y de acompañar procesos creativos he visto que a la mayoría de las personas les cuesta aceptar que habrá días, semanas e incluso meses en los que estarán más creativas en la escritura y otros en los que menos. Y se castigan muy, muy severamente cuando no pueden crear en momentos en los que necesitan descansar.

Y esto va para cuerpas menstruantes como para todxs. Porque somos parte de la naturaleza. Exigirnos redactar 200 páginas en una semana cuando estamos en un momento más hacia dentro que expansivo es tan ilógico como pedirle al invierno que nos dé días de 30 grados a la sombra.

¿Y entonces…?

Me encanta una entrevista a Clarice Lispector en la que tras la pregunta de “y ahora que terminó esta obra, qué está haciendo” la respuesta de la autora fue “nada, ahora estoy muerta”. Frente a una pregunta bajo la lógica de la productividad eterna que nos propone el sistema obsoleto en el que vivimos, la autora responde con la sabiduría de la ciclicidad. Ahora estoy muerta, ahora debo esperar a que algo nuevo aparezca para gestarlo, desarrollarlo, darle tiempo a su propio ciclo…

Y entonces, ¿qué hacemos con nuestros ciclos?

El primer paso es conocerse a través de conocer nuestros ritmos internos, nuestros ciclos. Claro que decirlo así suena simple, fácil y que después la vida. Más de una lectora de este posteo tendrá que ir a la oficina o al aula aunque su cuerpa le pida descanso, no pierdo de vista esa realidad. Me refiero a los procesos creativos por elección (en la oficina o en el aula ese día haremos menos o más lento, cada una sabrá).

Por eso, la primera persona en la que pensé para profe invitada este 2022 es Romi Armitano. Porque creo que antes de encarar un proceso creativo en la escritura, sea a través de la formación anual o el proceso que cada una esté llevando adelante, necesitamos (re)conocernos cíclicas, darnos el espacio para comprendernos y ser piadosas tanto cuando estemos replegadas, hibernando como cuando las flores broten y el sol brille cálido.

Si tenés ganas de participar de la clase que dará Romi Armitano el 14/5 a las 11h, podés inscribirte haciendo clic aquí.

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