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En todos los talleres de creación literaria se usan; hay libros y listas con ellas, yo incluso las publico en redes sociales para promover la escritura, pero… ¿qué es y cómo se usa una consigna de escritura? Armé este texto para el bloque de bienvenida de mis talleres de escritura creativa y me pareció que podía serte útil.
Una consigna es un enunciado que te propone una actividad para poner en marcha la escritura ya sea que tengas un proyecto específico o no en el cual quieras avanzar.
Sólo pretende que escribas. Si lográs una línea o unas páginas va a estar bien. El tema es que aparezca algo sobre lo cual después se puede seguir trabajando.
En mi experiencia, muchas veces se piensa de más acerca de la consigna. La queremos cumplir “bien”. Pero en estas cuestiones creativas no existe un hacer “bien” o hacer “mal” una consigna. Si estás escribiendo, ya está bien.
Lo que sí, no le evadas al desafío de la propuesta. Si parte del desafío de la consigna es tomar palabras al azar (por poner un ejemplo), no andes eligiendo racionalmente esas palabras porque entonces no vas a estar aprovechando el ejercicio.
De nuevo, si escribís igual va a estar bien. Pero también la idea es que puedas detectar qué cosas te traban o te limitan a la hora de crear. En el ejemplo del párrafo anterior, quizá el aprendizaje sea perder el control mientras se escribe para que aparezca lo inesperado.
Con total libertad. Una consigna es una llave. Lo único que quiere es abrir posibilidades creativas. No tiene que ser limitante (pero sí desafiante, como vimos recién). ¿Qué quiere decir esto?
Si la consigna te propone escribir a partir de un sueño y no soñaste nada esa noche, ni te acordás ningún sueño, podés preguntarle a la panadera del barrio lo que soñó, o acordarte de un sueño que alguien te contó, o que viste en una película…
Nunca te vamos a preguntar si el sueño es o no tuyo, si es cierto que era un sueño, etcétera. Pero sí vamos a tratar de detectar si pudiste aprovechar los elementos del sueño (como la condensación o la asociación libre) para tu texto.
Como decía al comienzo, es posible que llegues a una consigna de escritura con un proyecto de escritura concreto como no.
Si no tenés ningún proyecto, la consigna te va a servir para abrir relatos que tenés guardados en algún lado y ni sabés que tenés. Y si tenés un proyecto, ¡lo mismo!
A ver… parece que estoy diciendo pavadas, pero pensemos esto un momento algunos escenarios:
Es posible que te pase que, si venís escribiendo para un proyecto, tengas la necesidad de escribir alguna otra cosa. Aprovechá los ejercicios que menos tienen que ver con tu proyecto y despejate.
Y si no tenés ningún proyecto, puede ser que se te repitan personajes o situaciones sin quererlo. También aprovechalo. Quién te dice no sea la oportunidad de comenzar a pensar en un proyecto.
Ninguna pregunta es tonta. Compartí lo que te surja en tus espacios creativos que va a estar bueno conversar abiertamente de eso.
Para terminar, quiero decirte que, para mí, lo más importante es que escribas. Que aproveches las consignas para sorprenderte de vos misma.
La idea es sorprenderse, dejarse llevar, que la escritura se vuelva un hábito, parte de tu rutina, que te haga feliz y que te acompañe siempre.
¡Psst! Estás a tiempo de sumarte al taller de escritura creativa en verano en formato autodidacta. Podés ver toda la info acá y cualquier duda que tengas escribime a info@kariwain.com
¡Hola! Soy Karina Wainschenker, Licenciada en Artes, docente de la UBA, escritora, ¡y madre! Creé este espacio porque amo todo lo que tenga que ver con procesos creativos.
